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Intolerancia al gluten, ¿Qué es y cómo te afecta?

¿Eres de las personas que come cualquier cosa y se inflama? ¿Llevas años con problemas digestivos? ¿vives con tratamientos contra la colitis, gastritis o reflujo? ¿Sufres episodios de estreñimiento o diarreas intermitentes? ¿Sufres de repente de alergias, estornudos, ojos irritados o prurito repentino?
Quizá padezcas celiaquía y no lo sabes. La enfermedad celiaca o intolerancia al gluten es una enfermedad genética muy común, pero muy a menudo, es confundida y es diagnosticada y tratada como colitis, gastritis o reflujo.
¿Qué es el Gluten?

El gluten es una proteína llamada GLIADINA que se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno y en ocasiones en la avena. El gluten es lo que permite que la masa tenga una consistencia elástica y se pueda moldear o amasar. Precisamente de ahí viene la palabra aglutinar.

Es por eso que el gluten es utilizado como aditivo para dar viscosidad, espesor o volumen a una gran cantidad de productos alimenticios. Por eso es común que los reposteros, panaderos y fabricantes de alimentos utilicen harinas con gluten, porque esto permite que el pan normalmente sea esponjoso, suave y que se pueda moldear y estampar.

Más de la mitad de los alimentos que se comercializan actualmente contienen gluten, pues aunque los ingredientes de algún producto no contenga gluten de forma natural, los fabricantes lo agregan como aditivo para mejorar la consistencia y textura de sus productos. Es por eso que el gluten está presente no solamente en las harinas refinadas, en la cerveza, en los embutidos, en las salsas, en los aderezos, sino literalmente en cientos de alimentos de uso común. El gluten NO es una proteína indispensable para el ser humano y puede ser sustituido sin ningún problema por otras proteínas por lo que no hay complicaciones si se elimina completamente de la dieta.

La celiaquía, enfermedad celiaca o intolerancia al gluten es una de las enfermedades genéticas más comunes y menos diagnosticada (hasta el 2% de la población puede padecerla y puede aparecer desde la lactancia). Es probable que la enfermedad celiaca esté acompañada también por intolerancia a la lactosa.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad celíaca son muy diferentes, según la edad en la que se presente y algunos otros factores. Puede aparecer en los lactantes en los primeros 6 meses de edad, provocada, probablemente por la exposición a los niveles de gliadina no degradada presentes en la leche materna de mujeres que tienen una dieta con gluten, pero lo más común es que se manifieste de forma más evidente, a partir de los 6 meses de edad, cuando los bebés comienzan a comer papillas de cereales, elaboradas con harina de trigo o industrializadas, con el gluten como ingrediente o aditivo para darles viscosidad y consistencia. En los niños menores de 2 años, se puede presentar en forma de falta de apetito, vómitos, irritabilidad e incluso estreñimiento, diarrea, distensión abdominal (inflamación), pérdida de peso y retraso de crecimiento. 

Cuando la enfermedad celiaca aparece en niños mayores de 2-3 años, o en la adolescencia, pueden presentarse problemas no solo digestivos, sino también anemia, cefaleas migrañosas, artritis, e incluso afectaciones en la piel como acné y  espinillas. En adultos, los síntomas más comunes suelen ser: Inflamación abdominal, retortijones, episodios de estreñimiento, diarreas que aparecen y se van de forma repentina, inflamación en el colon, reflujo gastroesofágico, acidez estomacal, agruras, entre otros. 

Muchas personas no se explican porque, a pesar de llevar dietas saludables (sin grasa, irritantes o azúcares en exceso) o de estar medicándose constantemente, no logran tener mejoría. La mala calidad de vida de quien padece celiaquía afecta su estado de ánimo, y puede que pierda el deseo de vivir o caiga en episodios de depresión, pues se siente “con síntomas de enfermedad constantemente” a pesar de sus esfuerzos y sin razón aparente. Muchos celiacos presentan una larga historia de enfermedad, basada en diversas y reiteradas molestias digestivas. Han visitado muchos médicos, han recibido diferentes diagnósticos no bien definidos, y a veces hasta se han sometido a intervenciones quirúrgicas innecesarias, antes de llegar al diagnóstico de que padecen celiaquía.

¿Cómo puedo saber si soy intolerante al gluten o padezco celiaquía?
 
Tolerancia al gluten o celiaquía se puede diagnosticar mediante pruebas de laboratorio que incluyen exámenes específicos para detectar anticuerpos a la gliadina, o mediante una biopsia del intestino. Pero si no está a tu alcance alguno de estos métodos, puedes probar lo siguiente: Elimina completamente el gluten de tu dieta por dos o tres semanas como mínimo. Esto quiere decir que NO debes comer cereales que contienen gluten como: trigo, centeno, cebada, escanda, espelta, triticale, farro, kamut, espelta verde, bulgur y avena. 

También evita todos los alimentos que se preparan con estos ingredientes. Entre ellos los productos horneados (panes y pasteles, etc.) alimentos industriales que indiquen que tienen alguno de estos ingredientes. Toma en cuenta que en algunos casos de celiaquía, el simple hecho de tocar este tipo de alimentos provoca los sintomas y malestares de la enfermedad, pues las gluteninas y gliadinas de estos cereales se pueden absorber a través de la piel. Si al eliminar el gluten de tu dieta mejora notablemente tu digestión, lo más probable es que padezcas la celiaquía o intolerancia al gluten.
 
¿Cómo puedo saber si soy intolerante al gluten o padezco celiaquía?
 
La intolerancia al gluten o celiaquía no es curable, es una condición. Pero no te preocupes, puedes tener una alta calidad de vida. El tratamiento consiste en eliminar de tu alimentación todos los productos que contienen gluten, tanto en alimentos obvios hechos a base de harinas de trigo, avena y cebada, así como en alimentos procesados que lo pueden contener, como helados, condimentos para ensaladas, sopas en lata, café instantáneo, salsa catsup, mostaza, caramelos en barra, botanas industrializadas, entre otros. Por lo tanto para cumplir estrictamente con la dieta se requiere leer con detenimiento las etiquetas de los envases. Afortunadamente, ahora existen opciones para poder seguir disfrutando de los alimentos tradicionales que tanto nos gustan pero libres de gluten. 

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