Esporas bacterianas vs. Probióticos vivos

¿Por qué algunas bacterias

no te ayudan?

El mundo de los probióticos ha experimentado un auge significativo en los últimos años, con innumerables productos que prometen mejorar nuestra salud intestinal. Sin embargo, no todos los probióticos son iguales. Existe una diferencia fundamental entre los probióticos vivos y activos, como los que se encuentran en productos como Biogel®, y las esporas bacterianas inactivas presentes en muchos suplementos del mercado. Esta distinción es crucial para entender por qué algunos productos probióticos pueden no estar brindando los beneficios que prometen.

¿Qué son los probióticos

vivos y activos?

Los probióticos vivos y activos son microorganismos beneficiosos que mantienen todas sus funciones metabólicas intactas cuando los consumimos. Estos microorganismos:

Los probióticos vivos, como los que contiene Biogel, llegan a nuestro intestino listos para trabajar, comparable a un equipo de jardineros expertos que llegan preparados con todas sus herramientas y comienzan a trabajar inmediatamente en nuestro jardín intestinal.

¿Qué son las esporas

bacterianas?

Las esporas bacterianas representan un estado durmiente o inactivo de ciertas bacterias, especialmente del género Bacillus. Cuando las condiciones ambientales son desfavorables, estas bacterias forman una cubierta protectora y entran en un estado similar a la hibernación. En este estado:

Usar esporas en lugar de bacterias vivas es como contratar jardineros que llegan dormidos y necesitan despertarse, encontrar sus herramientas y orientarse antes de poder comenzar a trabajar en nuestro jardín intestinal.

La ciencia detrás de la eficacia:

Actividad metabólica inmediata

Los probióticos vivos comienzan a ejercer sus efectos beneficiosos desde el momento en que los consumimos. Las
bacterias activas como Lactobacillus y Bifidobacterium inmediatamente:

Producen ácido láctico y acético que reducen el pH intestinal.

Generan compuestos antimicrobianos que inhiben patógenos.

Interactúan con nuestras células intestinales estimulando respuestas inmunológicas positivas.

En contraste, las esporas bacterianas deben primero «germinar» o activarse, un proceso que puede tomar horas y que depende de condiciones específicas como pH, temperatura y disponibilidad de nutrientes. Durante este tiempo de activación, no proporcionan ningún beneficio activo.

Colonización intestinal

intestinal

Los probióticos vivos pueden adherirse a la mucosa intestinal inmediatamente después de su consumo, formando microcolonias temporales que:

Crean una barrera física contra patógenos

Estimulan la producción de mucina que protege nuestro epitelio intestinal

Modulan localmente el sistema inmunológico

Las esporas, aun después de germinar, necesitan tiempo adicional para adaptarse al ambiente intestinal y comenzar
estos procesos, si es que logran hacerlo efectivamente.

Evidencia

científica

Numerosos estudios han comparado la eficacia de probióticos
vivos frente a las formas de esporas:

– Un estudio publicado en el Journal of Gastroenterology
demostró que los probióticos vivos mejoraron los síntomas del
síndrome del intestino irritable en un 68% de los casos, mientras
que las formas de esporas solo mostraron mejoría en un 37%.

– Investigaciones recientes han documentado que la producción
de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), compuestos críticos
para la salud intestinal, es significativamente mayor con
probióticos vivos que con esporas bacterianas.

– La interacción con el sistema inmunológico intestinal es más
robusta con cepas vivas, según investigaciones publicadas en
Immunology Reviews.

Limitaciones de las esporas bacterianas:

Activación incompleta

  1. Un pH gástrico demasiado ácido puede dañar las esporas antes de que lleguen al intestino.
  2. La bilis puede interferir con el proceso de germinación.

  3. La falta de nutrientes específicos necesarios para la activación.

  4. Competencia con la microbiota residente.

Estudios sugieren que solo entre un 30-60% de las esporas consumidas llegan a convertirse en bacterias metabólicamente activas en el intestino.

Diversidad

limitada

La mayoría de los productos basados en esporas contienen principalmente bacterias del género Bacillus, como B. coagulans o B. subtilis. Si bien estas pueden ofrecer algunos beneficios, no representan la diversidad de especies que encontramos en una microbiota intestinal saludable, que incluye géneros como Lactobacillus, Bifidobacterium, Akkermansia y muchos otros.

Permanencia

reducida

Las investigaciones muestran que los probióticos vivos pueden permanecer activos en el intestino durante periodos más prolongados que las bacterias derivadas de esporas, lo que permite una interacción más sostenida con nuestro ecosistema intestinal.

Los beneficios superiores de Biogel® con

probióticos vivos y activos

Biogel® incorpora probióticos vivos y activos que ofrecen ventajas significativas:
  1. Acción inmediata: A diferencia de las esporas que necesitan «despertar», los probióticos vivos en Biogel® comienzan a trabajar inmediatamente después de su consumo.
  2. Eficacia completa: Cada dosis de Biogel® contiene billones de bacterias beneficiosas metabólicamente activas, asegurando que el 100% de los probióticos estén listos para ejercer sus efectos positivos.

  3. Diversidad microbiana: Biogel® contiene una variedad de cepas probióticas cuidadosamente seleccionadas que trabajan sinérgicamente para promover un ecosistema intestinal equilibrado.

  4. Producción activa de compuestos beneficiosos:Los probióticos vivos en Biogel® producen continuamente sustancias bioactivas como ácidos orgánicos, bacteriocinas, vitaminas y enzimas que apoyan la salud intestinal.

  5. Interacción inmunológica optimizada: Las cepas vivas interactúan directamente con nuestras células inmunes intestinales, promoviendo una respuesta inmunológica equilibrada y saludable.

La vitalidad marca la

diferencia

La elección entre probióticos vivos y esporas bacterianas no es meramente técnica, sino que tiene implicaciones directas para nuestra salud intestinal. Los probióticos vivos y activos, como los que ofrece Biogel®, proporcionan una intervención metabólicamente activa desde el primer momento, ofreciendo beneficios completos e inmediatos.
Al elegir un probiótico, debemos considerar este factor crucial: la vitalidad bacteriana. Las bacterias vivas trabajan para nosotros desde el primer instante, mientras que las esporas deben
primero despertar, un proceso que puede ser incompleto o ineficiente.
Optar por probióticos vivos como los que contiene Biogel® significa elegir la efectividad inmediata y completa para nuestra salud intestinal, en lugar de apostar por un potencial dormido que podría no manifestarse plenamente.

Para una salud intestinal óptima, la ciencia es clara: lo vivo y activo supera a lo durmiente y potencial

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